La basura no es basura.
Los desechos
pueden ser líquidos, sólidos o gaseosos. Estos últimos afectan el aire, el agua
y la vida que nos rodea.
Aunque hablamos
de la “eliminación de la basura”, rara vez la eliminamos completamente. Por lo
general, la trasladamos de un sitio a otro, o la tapamos, para no verla. Pero
la basura sigue allí y finalmente pasa a formar parte del medio ambiente.
Para que sean
menos peligrosos, los desechos pueden procesarse antes de que se integren al
medio ambiente. Pero lo mas frecuente es que no se los procesan. Parte de la
basura se coloca en contenedores de metal, aunque con el tiempo, estos pueden
oxidarse y perder su contenido
Tiempo atrás, los
residuos sólidos domiciliarios no constituían un problema grave; la población
no era tanta y la tierra podía asimilarlos. Con el constante desarrollo social
hay una creciente producción de residuos y es tan vertiginosa, que impide,
hasta el momento el tratamiento adecuado.
¿Inevitablemente
tenemos que producir tanta basura? No. Hay dos maneras de reducirlas. Primero
podemos reutilizar los productos y distintos materiales, en lugar de
desecharlos. Esto se llama reciclado. Segundo podemos empezar por crear menos
basura, empleando “tecnologías limpias”.
Algunos
científicos e industriales sostienen que si nos esforzáramos lograríamos
reducir nuestros desechos a una pequeña fracción de lo que producimos en la
actualidad. Sostienen que podríamos seguir gozando de los beneficios de una
sociedad moderna e industrializada.
La basura
puede tratarse por:
Incineración: La basura se quema.
Ventajas: Disminuye el volumen de los desperdicios.
Ahorro de combustible.
Desventajas: Contaminación de la atmósfera.
Ventajas: Disminuye el costo al aportar materia prima.
No contamina.
Disminuye un volumen considerable de basura.
Desventajas: No existen.
Relleno sanitario:
Ventajas: Es económico.
Reduce gran volumen de desechos.
Desventajas: Se desperdician materiales que podrían reciclarse.
Puede contaminar el agua.
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