IMPULSAN EMPRESAS NEGOCIOS DEL RECICLAJE.
La cantidad de envases plásticos que invaden calles, barrancas, ríos y taludes de carreteras en el país aparenta ser un tiradero al aire libre. Pues en la
medida en que el ciclo de negocio entorno del re-uso del Polietileno
Tereftalato (Pet) está incompleto,
miles de toneladas de envases vacíos salen de
control cada día.
Una
vez molido y tratado, este material plástico es
totalmente aprovechable como relleno en la fabricación de almohadas, chamarras y bolsas de dormir, en la
producción de bandas de embalaje, alfombras y cimbras, entre
muchos otros productos existentes y por desarrollar. Pero su valor como insumo
para nuevos productos depende de la disposición de los envases de desecho, su demanda en China para la
elaboración de textiles y hasta las plagas que atacan a los campos
de algodón.

Economía y Compromiso Empresarial (Ecoce),
asociación civil
financiada por 55 compañías
embotelladoras de refrescos y productores de alimentos, que últimamente se han sumado como usuarios de
Pet, actúa sobre
el único de
esos factores que deja algo qué hacer:
la recopilación de los
envases desechados. Su objetivo es hacer económicamente atractivo el acopio de los
envases por medio de compensaciones económicas a
quienes hacen esta labor. El Pet para reciclaje se paga internacionalmente a 16
centavos la libra, pero Ecoce aporta la diferencia para que los recopiladores
reciban un peso, una intervención que le
ha costado 400 millones de pesos desde su creación en septiembre de 2002.
Con eso estarán dadas las
condiciones para la instalación de empresas de
transformación de los envases en fibra tratada y lista para
reutilizarse y de elaboración de productos
terminados.
Irónicamente, antes de que naciera Ecoce, la
industria del reciclaje no podía
despegar porque no había manera
de garantizar el abasto de envases; con el trabajo de Ecoce se recolecta 14 por
ciento del Pet desperdigado en ciudades interiores y caminos y 35 por ciento en
la capital del país;
empero, sólo 30
por ciento se utiliza localmente, el resto se exporta a China y Estados Unidos.
La
batalla del organismo, que se define como no lucrativo, es que 40 por ciento de
los grandes usuarios de la resina que no han entrado a sus filas se afilien, y
que aumente el número de
procesadoras y el reciclaje.
En este último campo hay
avances. Operan en el país tres plantas,
y está en camino una más, dice Jorge
Treviño, director de Ecoce; en tanto que Coca-Cola Co., Femsa
y una empresa austriaca invierten 200 millones de dólares en una fábrica que
producirá envases Pet con calidad alimentaria es decir, que sus
envases que incorporarán material
reciclado podrán utilizarse en el envasado de consumibles.
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